Sueño 2/3

FACTORES QUE AFECTAN AL SUEÑO: 

Edad:

   En los primeros meses de vida, el niño duerme la mayor parte del tiempo; los periodos de sueño disminuyen a lo largo de su crecimiento para llegar a ocupar en un adulto la tercera parte de un día donde se estabiliza.

En las personas mayores, la necesidad de horas de sueño no disminuye, pero la calidad se ve a menudo modificada con la edad (sueño ligero y frágil). 

Enfermedad:

   Las personas enfermas necesitan dormir más de lo normal para recuperar el gasto extra de energía. Sin embargo, la propia enfermedad y las preocupaciones que supone para el paciente pueden influir en su patrón de descanso suponiendo un empeoramiento.

Incomodidad:

   Debido a la presencia de dolor, mala postura, falta de higiene, excesivo frío o calor, presencia de elementos como catéteres, sondas, etc. se ve comprometido el confort para descansar. 

Fármacos:

   Algunos medicamentos en su uso esporádico y/o de forma prolongada alteran el ritmo de vigilia y sueño, disminuyendo o aumentando el tiempo total que la persona duerme. 

Estado anímico:

   La ansiedad, preocupación y éxtasis, van a alterar la calidad y cantidad de reposo del individuo al impedir la capacidad de relajarse. 

Factores ambientales:

   El entorno puede fomentar o impedir el sueño en la misma medida que el estado anímico. Sin embargo los individuos se acostumbran al ambiente donde habitualmente descansan, pero cambiar de situación o lugar, puede alterar el proceso. 

Ejercicio:

   Una actividad física moderada habitual predispone a los individuos a un sueño reparador, un cierto grado de cansancio produce la necesidad de recuperarse. Sin embargo, un exceso de actividad puede producir ciertas sensaciones de incomodidad. 

Alimentación y digestión:

   Comidas copiosas, bebidas excitantes, ardor y acidez de estómago, o enfermedades del sistema digestivo (gastritis, enteritis o gastroenteritis) producen un alto grado de incomodidad. 

Hábitos ligados al sueño:

   Ciertos hábitos antes de acostarse (ducha, baño caliente, infusión, leche caliente, escuchar música tranquila, técnicas de relajación, estiramientos musculares,…) favorecen el sueño. 

Horario de trabajo:

   Los individuos que tienen un horario de trabajo variable tienen un ritmo circadiano que puede estar modificado y así influir en la satisfacción de necesidad de dormir y descansar.